¡Del huerto!

¡¡Hoy estrenamos sección!! 

"Nutrición y Dietética", de la mano de nuestra Diplomada en Nutrición humana y Dietética, Belén Pagador González.

Os animo a que os deis una vuelta por la naturaleza y que suméis importancia a esos alimentos frescos, a los que no vienen en bolsas ni llevan etiquetas. Frutas, verduras, carnes sin procesar y pescados, que mantienen todas sus propiedades nutritivas al no haber sido manipulados. ¡Hoy quiero hablaros del TOMATE!

La tomatera es una planta de las familias de las solanáceas, originaria de América. El tomate entró en Europa en el siglo XVI y aunque nos costó mucho fiarnos de este producto alimenticio, lo cierto es que hoy día no puede faltar en nuestro carro de la compra y en esta época del año menos todavía. ¿Quién dice que "no" a un buen gazpachito, salmorejo, picadillo de Tomate, zanahoria y cebolla?

 

Mi propuesta es que el tomate siga presente en nuestra mesa durante todo el año, ya que es una rica fuente nutritiva. El tomate ofrece una gran cantidad de beneficios que no podemos desaprovecharlos. Su consumo genera en nuestro organismo vitaminas A y C que nos ayudan a protegernos del sol. Tomando 100gr de esta hortaliza obtenemos el 22% de la dosis diaria recomendada de vitamina C (un tomate normal de rama, ni muy grande ni muy pequeño pesa aproximadamente 150gr).

 

El color rojo característico del tomate se lo debe a los carotenoides, como el licopeno. La vitamina C y el licopeno son maravillosos antioxidantes; te ayudan a mejorar la calidad de tu piel y a retrasar el envejecimiento, beneficiando también a los órganos internos.

Por si fuera poco el licopeno ayuda a prevenir el cáncer de próstata, aumentando su eficacia cuando este está cocinado.

Los tomates deshidratados duplican su valor nutricional, estos productos incrementan la presencia de un compuesto llamado FruHís que te protege de las células cancerígenas. Además esta hortaliza contiene un gen que según un estudio publicado por la prestigiosa revista Neurooncology,  puede ayudar a prevenir tumores cerebrales, eso sí, combinado con fármacos específicos.

También está demostrado que las personas que incluyen habitualmente tomate en su dieta reducen al menos en un 50% la posibilidad de padecer un infarto de miocardio respecto a otros que no lo consumen casi nunca. Y encima va ligado a una mayor resistencia física.

No hay que olvidar que el tomate es rico en agua, bajo en calorías y una rica fuente de fibra. Contiene minerales como el potasio y el fósforo. 

Se trata de un producto refrescante y anti infeccioso.  Su bajo contenido en sodio y grasa hace que sea un alimento ideal para los hipertensos y encima ayuda a reducir el colesterol. Es un alimento muy completo para introducirlo en tu alimentación habitual, ¿no crees?

Una recomendación muy importante es que si el tomate está verde aún, es mejor que esperes a que madure y se ponga rojo, ya que cuando está verde contiene una sustancia llamada solanina, que puede llegar a ser tóxica. Esta desaparece con la maduración.

Si el tomate no es de tu especial agrado opta por consumir los tomates tipo “pera”, ya que son mucho menos ácidos.

Si tenéis alguna duda no dudéis en escribirme: belenpagador@gmail.com

Saludos!!